miércoles, agosto 04, 2010

Vaya cacarruta de martes

¡Vaya cacarruta de martes! Hoy tenía que haber sido un martes estupendo, pero no. Y menos mal que mi horóscopo de hoy me decía que iba a tener un montón, pero mucha, mucha suerte. Y la he tenido. Pero la de un quebrado.
Me levanto. Me ha venido a visitar la roja. Mierda, hoy tenía masaje con Lucía y mañana depilación en el Quiros. 
Esta mañana me he ido a hacer una mamografía. Tuve una rara mastitis (ya no doy el pecho) y me duele el pecho derecho. No noto bultos extraños, pero me pica y me duele. No sé si será hormonal o relamente habrá alguna cosa. Espero que no.
Me voy a trabajar. Teníamos un montaje, en principio a primera hora. El jefe, cambia el orden de trabajo del montador. Primero va a acabar una cosa a un Plató de BTV que acaban de montar y después a Sant Cugat a rematar un montaje que hicimos la semana pasada donde se le había escapado el cuter al cortar la lámina solar que aplicamos en un edificio de oficinas. No pasa nada. Voy haciendo llamadas y matando temas antes de irme. 
Esta mañana no he encontrado aparcamiento gratis y he tenido que dejar el coche en zona azul. Llamo al montador y quedamos a la una y diez en el edificio de oficinas. Salgo tarde, a la una y voy a todo meter por la autopista porque tengo veinte minutos hasta allí. Llego a la una y veinte y el montador no ha llegado. Le llamo a ver por donde anda: "el número de teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura..." me dice esa desagradable voz del otro lado del aparato. Y así unas cuantas veces. Llamo al jefe y tampoco me coge el maldito teléfono. Me voy hacía el edificio y me pongo a hablar con el seguridad. Me explica su vida y como se ha roto el dedo del pie, un tonto accidente al levantarse del sofá y no poder poner bien el pie dentro de su chancla (ir con cuidado con esas traicioneras chanclas). Mientras voy haciéndome unas partidillas al zuma del móvil porque resulta que la regla para cortar y las herramientas las lleva él en la furgo. Me estoy poniendo nerviosa y el maldito montador sin venir. Al final consigo dar con el  y me dice que le daba tiempo y se ha ido al banco y que ya venía. Tarda mucho. Lo vuelvo a llamar. Me dice, que es que se ha pasado la salida de la autopista y está dando la vuelta. 
Mecagoentó. Por fin llega a las 14:20. ¡Una hora esperando! Yo estaba negra, porque después de esta faenilla plegaba y podía habler plegado a las 14:00 h en vez de a las 15:30 h como realmente he plegado.
Subimos y manos a la obra. Y me viene con el cutter de la Barbie, uno de los pequeños que en cuanto haces fuerza la cuchilla se dobla y se va por todos los lados y resulta que otra vez se le va. Y yo me consumo. Entre que estoy calentita porque ha venido una hora tarde y que se le vuelve a ir el cutter y en este cliente nuevo que acaba de entrar... estoy que me subo por las paredes. Empezamos a discutir y al final me dice:
M - ¡Pues hazlo tú! - Y arranca la tira de lámina solar que había puesto y de un portazo se larga del edificio.
¡A tomar por culo!. 
Y eso es lo que he hecho. He tenido que cortar tres milímetros por encima de donde cortó el y he sacado mi super cutter. He cortado y he puesto la segunda tira de lámina. Ha quedado perfecto. A él, por un lado se le montaba con el otro vinilo y por otro lado no llegaba. El corte no estaba bien y era imposible que encajara. He hecho un poco de contorsionismo, ya que estaba la torre del servidor con 10 cms de espacio entre la torre y el cristal, solo que la torre todavía no tenía los cristales (aunque sí la estructura) y acceder al espacio me ha costado vida y horrores.
Se ha puesto a rematar los cantos con silicona negra y por fin nos hemos largado.
M - Perdona que te haya hablado así, es que estoy pasando una temporada un poco chunga. - Se ha disculpado.- Anoche me discutí con la mujer, tengo dos clientes que me deben una pasta...
Yo - No, no, perdona tú que he estado muy borde, porque estaba cansada de esperarte...
Y perdona, perdona hemos quedado para mañana que se pasa por la empresa para que me haga más montajes de otros clientes... el montador perfeccionista, está de vacaciones por Escocia, todo el mes...y tenemos a este explotado al pobre.
Por el camino llamo al jefe y le digo que casi llego a las manos con el montador aunque al final hemos quedado como amigos.
Llego a casa. Como. Y me ha llegado un papel de correos, conforme habían traído una carta certificada de Hacienda. Debe ser la resolución al recurso que realicé de una multa que me pusieron, porque el contable se le olvido presentar uno de los impuestos (ya habíamos cerrado la empresa y no se dió cuenta. 300 €. Pero me la van a quitar, me la van a quitar!)
La han dejado hoy y en el papel pone fecha del día 30 de Julio y abrimos cada día el buzón.¡Qué raro!
Decido ir a correos porque pone el horario que están hasta las 20.30 h. Y cuando estoy llegando a correos, que me he tragado dos atascos, me da por mirar el papel y pone en letra discreta:" tardes agosto cerrado"
Y mecagoentó otra vez.
Me voy para Rubí a anular el masaje que me tenía que hacer Lucía. Tarda en bajar de la cabina. He venido hasta Rubí para anularlo porque tengo que ir a la herboristería a comprar leche de arroz. Si no habría llamado por teléfono.
Voy a comprar la leche y después de dar unas cuantas vueltas con el coche, porque hoy no sé que me pasa que estoy muy despistada, ¡NO TIENEN LECHE! Al proveedor solo le queda media caja y no sabe si me la van a poder servir.
¡Mecagoentó, mecagoentó y mecagoentó! 
Cuando he vuelto de Rubí he ido a recoger a Jordi y las nenas que estaban en casa de mi madre jugando con el conejo "Rabbit" de mis sobrinos que se han ido de vacaciones y hemos ido a la heladería a buscar mis helados artesanos realizados con leche de soja que encargué antes de empezar la dieta y que ahora no me puedo comer para no saltármela. Los tengo en el congelador. Y me pienso comer un trocito de la barra de helado sustituyendo el yogur de soja, que me toca un día a la semana: el lunes. Ya los podía haber ido a buscar ayer...

De lunes

Después de un largo fin de semana agotador, llega el lunes tímido pero cañero. Jordi ya está de vacaciones y yo todavía trabajo hasta el próximo viernes (de momento) si nada se tuerce.
Llego a casa muerta de hambre y como. Mientras oigo a Jordi que trajina por el comedor. Se ha propuesto lavar todas las cortinas y hacer limpieza un poco a fondo. Las nenas duermen la siesta. De repente, en el gran silencio que reinaba en la casa el aturdidor ruido de la aspiradora encendida por Jordi, me hace sobresaltar. Me levanto de la mesa y le digo que por favor la apague, no sea que se vayan a despertar las nenas. La apaga. Sigo comiendo. El está liado con las cortinas. Cuando acabo de comer, me dice que le ayude a bajar las ventanas del salón que pesan como muertos, las ventanitas miden 155 x 80 cms cada una (hay tres) dós móviles y una fija, de doble cristal con cámara y de pvc. Pesan lo que no sabe nadie, las malditas ventanas. Y le ayudo a limpiarlas. Esto no entraba en mis planes de hoy. No sin avisar. Renegando me pongo a ayudarlo a limpiarlas. Berta y Júlia ya se han despertado y Berta nos trae el micrófono con música chumba-chumba de la Blancanieves y no para de accionar el botón y se pone a bailar. Júlia se ha plantado la falda de gitana (roja con lunares blancos) y los tacones con el corsé del disfráz de la cenicienta (azul cielo). Se ha puesto la musica clásica del pianito y está como una descosida bailando en la habitación de jugar. ¡Vaya dos bailarinas que tengo!
Yo siempre decía, cuando estaba embarazada de Júlia, que en cuanto cumpliera tres años la apuntaría a ballet, pero habiéndola apuntado a natación y este curso que viene a l'Escola Municipal de Música, me parecen demasiadas actividades extraexcolares para tener sólo cuatro años. Y de momento he decidido dejarlo para más tarde. También me gustaría que hiciera teatro... en fin, tantas cosas...
Berta va por el mismo camino, en cuanto entre a P3, el curso que viene, la apuntaré a natación. Es una gran tranquilidad cuando llega el verano y vas de piscina en piscina. Pero está comprobado que les encanta bailar.
Después nos fuimos a dar un paseo y a comprar mermelada para diábeticos (más que nada sin azucar) para amenizar el pan que como por la mañana de bocata. Lo combino o con tomate nada más o con mermelada. Llevo bastante bien la dieta proteica esta que ha hecho mi cuñada, pero de momento no puedo ver resultados ya que inesperadamente me ha venido a visitar la roja, y cuando viene la roja, hay una excesiva retención de líquidos. ¡Qué se le va a hacer!
Por la noche, hay que repetir mil veces a Berta que no se levante de la silla, cuando cena, porque hasta se sube encima de la mesa (creo que a ella la voy a apuntar a castellers, en vez de a natación). Se sube por todos los sitios. Me paso el día gritando. A las dos. Hacen caso omiso a todo lo que se les plantea. Nos toman el pelo como les da la gana. Y después de bregar todo el día, cuando por fin consigo meterlas en la cama, me dice Júlia:
J - Mama, es que jo no puc dormir...
Yo - Per què carinyo?
J - Es que, jo estic molt cansada de tant pasejar i de portar els talons...
Salimos a pasear y Berta se bajó del carro para ir en brazos de su padre y Júlia se sentó en el carro y no había quien la bajara... ¡cuánto caminó! Y está cansada "portar els talons", que se los había puesto un ratillo para pegarse unos bailes en la habitación.
Esta tarde, antes de salir de casa, montamos una pequeña discoteca improvisada en el salón. Berta enchufó el  chumba-chumba del micro de Blancanieves y todos bailamos al ritmo... nos hemos reido mucho, porque mientras Júlia cantaba y bailaba a ritmo de clásica, Berta sin embargo, maquinera total.
Que buena voz tiene Júlia. Soprano, soprano. Iba cantando todas las canciones clásicas. ¡Cómo entona! Jordi y yo nos reíamos, porque creo que de sensibilización musical que empezará en septiembre no le hace ni falta. La lleva innata en ella. Nos preguntábamos en que cuerda estará Berta, yo digo que soprano también y Jordi decía que lo divertido sería que estuviera en otra para poder montar un cuarteto cada vez que salimos de vacaciones en el coche... que divertido nos lo vamos a pasar; aunque cuando pone esa voz de Chucky, bien podría pasar por bajo, como su padre.
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