Hoy la peque ha cumplido cinco meses. Miro hacia atrás y parece que fue ayer cuando por fin entrábamos por la puerta de casa después de una semana, de estar ingresadas las dos. Todo fue genial, trabajando hasta la última hora, y un parto de dos horas cuarenta y cinco minutos y un punto.¿Se puede pedir más para ser primeriza? Yo creo que no. Ella era muy pequeña, cuarenta y tres centrímetros y dos kilos trescientos, que se quedó en dos quilos ochenta gramos. Y este era el motivo por el cual tuvo que quedarse ingresada. Por suerte no hubo incubadora. Era preciosa. Bueno eso dicen todos los padres, pero seguro que más de uno pensó que era horrible. Siempre pasa, cuando vas a ver un bebé que no es el tuyo, siempre dices que es muy bonito, pero en cuanto sales por la puerta te quema la lengua para decir que era horrible. Si alguien lo pensó, me da igual. Y si alguien lo dijo, también me da igual. Para mí, era la cosa más bonita del mundo.
Ahora ya pesa seis kilos, trescientos setenta gramos y mide sesenta y dos centrímetros y medio y está hecha una campeona.
Es una niña muy buena que no llora por la noche nunca, (de momento). De echo, no llora nunca, eso sí es una gritona, ahora le ha dado por gritar. Mi vecina Ana, dice que es una época que pasan y que pronto se le pasará. Pero solo grita de día y cuando no se puede dormir, y tiene un sueño que se muere.
A lo que iba, el por qué del título de mi blog, aunque suene a redundancia, es porque en esta etapa de mi vida, tengo que empezar a empezar muchas cosas; empezar a ser madre, empezar a educar, empezar a dejarla a dormir en su habitación, empezar la guardería, empezar a trabajar después de la baja de maternidad y de las vacaciones. A nivel laboral vuelta a empezar. Este asunto es el que me trae de cabeza. No por volver a trabajar, si no que como soy autónoma y tengo una empresa que va como quiere después de cuatro años y pico, tengo muchos cabos sueltos, todavía, que atar.
Mi sino: el personal. Entra uno, lo enseñas, aprende, pasa un año, se va... y así sucesivamente. Y la verdad es que me estoy empezando a hartar. Y ahora con la peque más. No sé por donde voy a empezar, pero tengo que empezar a hacer algo ya con este tema que me quema. Y lo jodido de todo es que soy feliz con lo que hago, me encanta. Pero no sé si me resulta rentable, ya no a nivel económico (que tengo más trampas que una peli de indios), sinó a nivel personal y familiar. Creo que las fustraciones que pueda uno tener, le quedan compensadas con las compensaciones que te da un hij@. No sé. En fin, ya veremos que hago.
1 comentario:
Hola! Bienvanida al mundo bloggero! Espero que sigas escribiendo, yo empece hace unos meses y me ha servido de mucha ayuda los consejos de las otras madres y he podido contar mi experiencia con mi niña Laura y sobre todo desahogarme.
Besos y no te preocupes, es facil empezar, lo dificil es seguir bien.
Publicar un comentario