Hoy hemos ido al médico para que le pusieran la vacuna a la nena:Ella se porta divinamente. De echo, lo paso yo peor que ella;ella solo llora cuando nota como le entra el líquido y con un besito y un mimito, ya está, se acabó el llorar. Es una campeona de las de verdad.
No sé que había en la vacuna, pero hasta las cuatro de la tarde no se ha dormido y lo ha hecho hasta las seis. Dos horas de retraso para tomarse la papilla de frutas que no hay manera de que coma con cuchara;y el caso es que cuando estamos en la mesa y la tenemos sentada en las faldas se le van los ojos a la comida, bien porque le encanta o bien porque está descubriendo el mundo. Le encanta probarlo todo, incluso las tundras (árbol tipo ciprés).
Estas vacaciones se tomó un pincho de tundra y se puso azul marino, casi se ahoga menos mal que reaccionamos a tiempo y estaba mi cuñada, que de niños entiende un rato.
Creo que me voy a dormir y mañana será otro día. Aunque no tengo nada de sueño.
3 comentarios:
Gracias por tu visita y tus piropos ;) Me alegro de que tu nena sea tan valiente con las vacunas... La terremota es el terror del ambulatorio!!!
Llegué a tu blog por el el Maxiavida, te sigo leyendo, y te linkeo en el mio, eh!
Besitos para la campeona y que bueno que no llora con las vacunas!
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