Días de ayuno

Pues hoy llevo ocho días sin comer. Nada. Estoy con mi cura de sirope de ágave y zumo de limón. Normalmente la hago con sirope de savia, pero un papa del cole que tiene una tienda fantástica de cosas naturales me dijo que era mejor este y lo más importante, mucho más barato. Cuando un litro de sirope de savia me cuesta 43 € y pico, este me cuesta 13 €, 20 € menos por litro y al final me está gustando más. Además, es mejor porque mantiene el nivel de glucosa en linea recta y no con picos muy bestias como el sirope de savia.

Me queda hasta el viernes y la verdad es que a estas alturas ya estoy empezando a tener ganas de masticar algo. Hay que ver, somos animales de hábitos totalmente.

Me encuentro divinamente, he bajado cinco quilos en ocho días, he quemado grasa y eliminado toxinas de mi cuerpo; he reducido mucho volumen y tengo mucha, mucha energía. El problema es el masticar. Se incrementa el olfato y toda la comida, sea cual sea, huele de maravilla. Hasta la coliflor cuando hierve.

En fin, continuaré con la dieta que ha hecho mi cuñada, que se ha quedado cañón de guapa a ver si me funciona eliminando de la dieta, claro está, gluten y lactosa que es lo que me engorda. Objetivo: perder 20 kg. He perdido 14 kg ya desde que tuve a Berta. Con lo guapa que me había quedado antes de quedarme embarazada (seguramente por eso me quedé embarazada), que había perdido 20 kg y con el embarazo los recuperé. Los 20 Kg, enteritos... con lo que me cuesta perderlos.

Tengo ganas de empezar la dieta y empezar a comer de nuevo. Estas curas de ayuno de 14 días son geniales porque hace que rompas los malos hábitos adquiridos con el trajín del día a día y la vida tan atropellada que llevamos. Las hago dos o tres veces al año, no antes de cuatro meses de espacio entre cura y cura.
Ahora, vacaciones, relax y a coger los buenos hábitos de nuevo. Aunque sé que en casa comemos más saludable que mucha gente.