Vacaciones a la vuelta de la esquina

Parece que no quieren llegar nunca las vacaciones. Me queda hoy y mañana y por fin las ansiadas vacaciones.

Este año, más que nunca las necesito. Llevamos arrastrando mucho tiempo el estrés y la ansiedad que esta vida loca que llevamos nos provoca.

Pero muy cerca está ya la playa, la paz, el silencio, el descanso, los juegos con las niñas en la arena (en Agosto abrimos Construcciones Muñoz, S.A. especialistas en castillos de arena y demás figuras areniles), el encontrarme conmigo misma (más de una escapada voy a hacer sola a la playa a escuchar el silencio y el murmullo del mar, mientras pierdo mi vista en el horizonte y medito).

Tengo que poner mi cabeza en orden. Más que a principio de año, encuentro que Agosto es el mejor mes para hacernos nuevos y buenos propósitos y recargar las pilas; mi batería tiene solo una rayita y está parpadeando.

Es momento de reflexionar y hacer esa lista de las cosas que quiero y de las cosas que no quiero y marcarme unos objetivos. Pero sobre todo es tiempo de descansar.

Llevo tiempo sin escribir en el blog, pero con tanta hiperactividad que he llevado estos días, después del trabajo, para entretener a las peques en su tiempo de vacaciones y que he empezado una nueva mantita de ganchillo, la verdad es que cuando me siento en la silla delante del ordenador, mi cabeza solo está para jugar al apalabrados y mis manos para tejer.

Tengo pendiente algunos posts, veremos si entre baño y baño y paseo y paseo me queda algo de tiempo para irme al centro comercial donde tienen wifi para poder conectarme, aunque pienso que también sería un buen momento para desconectarme del todo: el no conectarme a la red, que eso también estresa.

Mi cabeza ya hace muchos días que está pensando en estas imágenes:

Es lo que vemos desde el balcón cada día que pasamos allí, en Águilas. Es la playa donde nos bañamos y hacemos montones de castillos, sirenas, tortugas y demás construcciones de arena (esta tarde voy a comprar palas, que nos han robado dos en el parque este invierno y no puedo soportar estar sin pala en la playa).

El cielo, la luz, la luna, el sol... todo allí es mágico.

Gracias J.M. y R.A. por hacer nuestros veranos mágicos. No tengo palabras para poder agradeceros tanta generosidad, en mi nombre y en el de toda mi familia, si no hubiese sido por ellos, este año no hubiésemos tenido vacaciones. MILLONES DE GRACIAS.