Fin de semana movidito

Este fin de semana no hemos parado. Ayer por la tarde yo ya estaba agotada y esta mañana levantarme ha sido un suplicio.

El día 31 fui a entregar los cupcakes de Halloween que me habían encargado  y Júlia vino conmigo porque me los había encargado la mamá de un compañero suyo de guardería y cuando salimos, como iban disfrazados me dijo que cuando podríamos hacer una fiesta de Halloween... y la verdad, es que el año pasado me dijo lo mismo y pensé que podíamos invitar unas amiguitas en casa el sábado por la tarde, apovechando que venía su amiga Cèlia a jugar e improvisar una fiestecilla de Halloween.
El sábado por la mañana estuvimos en un almuerzo con amigos y llegamos a casa a las 16:00 h, teníamos que comer y a las 17:00 h empezaban a llegar niñas, así es que no tuve mucho tiempo para decorar, total que improvisamos un poco, aunque el jueves hicieron unas manualidades ellas dos solitas, unos fantasmitas hechos con pañuelos de papel y pintaron unas calabazas y unas arañas, luego las recortaron y ya teníamos la decoración un poco avanzada...

Pusimos un poco de merienda y vinieron siete niñas más las dos mías nueve.
Los bocatas de nocilla eran fantasmitas, completamente improvisados...

No me quedaban vasos de plástico transparentes, mis favoritos para las fiestas, solo me quedaban blancos, así que con un rotulador permanente negro, les pinté unos ojos y unas bocas fantasmales...

Vinieron vestidas de bruja, de murciélago... 
Me pasé un buen rato maquillándolas. Tengo que confesar que esto del maquillaje de fantasía me gusta cada vez más, un día de estos y si tengo tiempo igual hago un curso, es muy interesante...

Se lo pasaron pipa y como siempre, las invitadas no querían irse...

Y se quedaron a dormir dos, Cèlia y Queralt y empalmamos la fiesta de Halloween con una fiesta pijama. 

Cuando se fueron las últimas niñas se pusieron una peli de Bibi Blocksbert: la pequeña bruja, se comieron unos macarrones mientras montábamos la habitación con un colchón inflabe. Berta me ayudó a inflarlo, bueno, más bien desinflarlo porque todo el rato saltaba encima y no había manera de inflarlo...

Se lo pasaron pipa, luego les conté un cuento de "la Balena Helena" (personajes míos) y les canté el luralá... 

Por la mañana cuando se levantaron, se pusieron a jugar a bebes y profesoras y Cèlia las puso a todas a dormir, y les cantaba el luralá... ¡me partía de la risa!

El famoso luralá que canto desde hace seis años a mis niñas para dormirlas, viene de una nana irlandesa, en realidad es Tura Lura Lura y os dejo los links para que la escuchéis, me gusta más la versión de Van Morrison pero para cantar a capela para dormir a las peques va mejor la otra versión jajajajaaja, ¡no voy a meter una banda en la habitación!.

Versión de Van Morrison:

Se fueron cerca de las doce de la mañana, tiempo justo para pasar el aspirador por toda las casa, recogiendo trozos de patatas, palomitas y demás cuerpos extraños no identificados mientras horneaba unas doradas a la sal para unos buenos amigos que vinieron a comer. Tocaba taller de cupcakes, pero creo que me vieron tan cansada que lo aplazamos para otro día; y a las 20:00 de la tarde me estiré en el sofá y es que no podía con mi alma. ¡Menudo fin de semana!
Y hoy estoy horneando unos Macokes, cupcakes de coco para un encarguito que tengo para mañana...
Bueno, espero que os haya gustado el Tura Lura Lura de Van Morrison, es absolutamente genial.
Feliz semana a tod@s.