He abierto un ojo alertada por un ruido que provenía de la terraza. La ventana está abierta pero la persiana no. Parece que está lloviendo. Pero un buen chaparrón. Me doy la vuelta y sigo durmiendo.
Al cabo de un rato, me levanto. Nos vamos de Mini Olimpiadas y tengo que preparar algunas cosas: los logos de los increíbles para las camisetas y la ropa de las nenas.
Me asomo por la ventana y está lloviendo. Está cayendo una buena. Pero, yo sigo preparando como si nada. Hago caso omiso de la lluvia. Son tantas las ganas que tengo de ir de Mini Olimpiadas, que no hay nada que pueda detenerme.
Suena el teléfono. Es Irene, la mamá de Xavi. Si sigue en pie aunque llueve. Sí, le digo que sí que aunque llueva nosotros vamos a ir. Dice que prepara y sube al colegio.
A las 9:45 h, cuando ya teníamos a Berta vestida con la super camiseta de los increíbles me da por telefonear a Sergio para ver si sigue en pie el evento. "Estamos todos llorando, lo sentimos con toda nuestra alma pero quedan aplazadas para el domingo que viene".
Mira que manda narices. Llevamos de sol un montón de días y justamente hoy, llueve.
Llamo corriendo a Irene, para decirle que se ha cancelado y la pillo a tiempo, menos mal que no ha salido de casa.
Pues nada, cambio de planes de nuevo y zafarrancho de batalla. Me lío a lavar la ropa, los baberos, y los calcetines negros como el tizón, que he estado a punto de tirar a la basura por no lavarlos, de lo perjudicados que estaban.
Jordi, parece que está mejor. Ya se empieza a mover un poco más y está de mejor humor. Pero tiene la espalda y las lumbares destrozadas de tanta cama.
Me ha dado tiempo de hacer bastante faena, aunque las interrupciones son continuas. Pero estoy satisfecha de todo el trabajo que he realizado y lo mejor de todo, sin ponerme como una moto. Estoy bastante relajada.
Ahora, tendríamos que salir un rato a pasear. Por las nenas, llevan todo el día encerradas y eso se nota. Por mi, me pondría a ordenar el armario de la ropa de las nenas. Está toda la ropa mezclada: invierno y verano y es un verdadero caos, no cabe nada, no se encuentra nada, pero como hace frío y hace calor, no sabes nunca que ponerte. Veremos que hacemos al final, con un podo de suerte, si no está muy mojada podían salir a la terraza con Jordi, que ya está más espabilado y yo voy ordenando el armario.
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