Después de toda la semana de Julieta enferma, el viernes ha culminado con que el papa de las criaturas cayó fulminado en la cama con un estado gripal y febril fuera de lo común y aunque le puse tres termómetros diferentes no tenía fiebre pero por miedo a que le pegara un subidón no me fui a cantar ¡con las ganas y la falta que me hacía el gospel el viernes!
Aproveché para adelantar el pastel de cumple para mi sobrinilla Martina.
El sábado por la tarde, me llamó mi madre por teléfono. Llamó como el que llama a la policía después de cometer un crimen atroz para confesar.
Coge el teléfono Jordi. En ese momento me encuentro en un momento crucial, poniendo la cobertura de chocolate en los pasteles y lo oígo que va dicicieno "Lola, yo no me meto ya. Hacer lo que decidáis. Si te quieres dar de alta del teléfono o de baja. De verdad, lo que decidáis esta bien..."
Yo que lo oígo le pregunto que qué ha hecho ya...
Acabo de poner la cobertura y llamo a mi madre con el fin de descubrir la magnitud de la tragedia.
Pero, por si alguien no va al hilo, os explicaré que se dio de baja de Movistar en Septiembre, en Octubre, en Noviembre, en Diciembre y en Enero y todavía le están pasando las facturas, cada vez de mayor importe, se le llevaron el aparato de Imagenio y desde entonces estamos luchando y peleando contra el gigante Movistar para poder conseguir darla de baja y que no le envíen facturas. Cada vez que llamas te dicen que sí, que ya no estás dado de baja pero siguen enviando las facturas. La última acción es que hace un par de semanas empecé la gestión con la oficina del consumidor, una queja o denuncia o llámese como quiera.
A lo que iba, que llamo a mi madre y la pobre nerviosa perdida y fuera de sus casillas me dice que se ha dado de alta en Jazztel.
Jazztel lleva detrás de mi madre desde septiembre que se quiso dar de baja de telefónica y la llamaron tentándola con una oferta. Desde entonces ella le dice que el tema lo lleva su hija y su yerno y los de Jazztel nos llaman a nosotros.
Después de decirles que no nos interesaba nada desde hace un mes y medio que decidió que ya no quería saber nada de ningún operador de telefonía y televisión, el jueves me volvieron a llamar y otra vez volvimos a decirles que no nos interesaba nada de nada.
El viernes volvieron a llamar a mi madre y les dijo que no quería nada y el sábado ¡la llamaron seis veces!!! hasta que la pusieron nerviosa como una mona y al final con tanto acoso, tanta llamada y tantos nervios que le hicieron pasar ¡¡¡acabó dándose de alta y hasta les dio los datos bancarios!!!!
Y fue entonces, cuando creo que fue consciente de lo que había hecho que llamó la pobre mujer a casa para decir que lo había hecho y encima yo me cabreé como una mona, no con ella, sino con los SINVERGÜENZAS DE JAZZTEL, por el acoso a víctimas inocentes como mi madre. Y me cabreé tanto, que me salió del alma decirle que a ver quien era la que iba a llevar el tema de darse de baja después porque nosotros estábamos hasta las narices de telefónica desde el mes de septiembre.
Le dije que cuando le llamaran, que les dijera que me llamaran a mi y le dijeron que no podían llamarme a mi, cuando me han llamado mil veces y la última el mismo jueves que les dijimos tanto Jordi como yo que no queríamos nada. Le dije a mi madre que no les cogiera el teléfono o directamente les colgara.
¿Cómo puede denunciarse este acoso terrorista de estos señores de JAZZTEL?
Mi madre llorando no hacía más que decir es que me han puesto muy nerviosa, "me lo han puesto tan fácil, que no me tengo que preocupar de nada, que ellos lo hacen todo, que no me cobran hasta abril, que me han hablado tan dulce..." ¿dulce? ¡me cago en la madre que los parió una y mil veces!
Lo ponen todo muy fácil. Lo difícil viene después cuando no cumplen con lo que te han dicho, te pegan el palo por lo que no te han cobrado hasta abril y entonces es cuando quieres darte de baja. Y ahí es cuando nos toca ir detrás, porque no le dejan de enviar facturas y cobrar cuotas cada vez más caras. Me cagontó.
Tan cabreada me puse, que para poder calmar una auténtica y feroz ira que se había apoderado de mi, por culpa de esta GENTUZA SIN ESCRÚPULOS DE JAZZTEL, me fui al Corte Inglés a ver si podía calmar al despertado monstruo que había dentro de mi. Por suerte lo conseguí.
Compré a Júlia dos chaquetas muy chulas y muy baratas, dos camisetas de Agatha Ruiz de la Prada, unos pantalones de Sfera a Berta otra chaqueta y yo unos tejanitos muy chulos que me costaron 5,98 € y un foulard... y por fin el monstruo se fue haciendo más pequeño hasta que consiguió dormirse de nuevo.
Al volver a casa ya más calmada volví a llamar a mi madre que estaba con un disgusto padre a ver como estaba y si le habían vuelto a llamar por séptima vez los de Jazztel y se pudo dar de baja y anularlo. Me dijo que sí, que le habían vuelto a llamar y que lo anuló todo y que el lunes a primera hora estaría en el banco para dar orden que todo lo que venga de Jazztel se lo echaran para atrás. ¿Cómo estaría la mujer, que se había tenido que tomar una tila y apagó la tele porque no quería saber nada ni de tele ni de teléfono? Le volví a decir que si la volvían a llamar de cualquier operadora que les cuelgue sin piedad. "¿Y cómo les cuelgo?" "¡Pues colgando mama. Sin piedad! ¡Ni les escuches!"
Cené y me puse de nuevo con el pastelito y por fin pude relajarme del todo. A las dos y media de la mañana oigo unos pasos que corren hasta la cocina, vuelven a correr hasta la habitación, vuelven a correr hasta la cocina y vuelven a correr hasta la habitación.
Me levanto de la silla y veo que es Berta, que dice que "ha passat una pelicula a la seva habitació", le pregunto si ha tenido un mal sueño y acaba sentándose en la cocina conmigo hasta las tres y media mientras yo voy modelando los Angry Birds y ella me va abriendo y cerrando los paquetes de fondant, pasándome las herramientas y luego me ayuda a recoger la mesa... más mona ella...
Y el domingo por la mañana acabé el pastel y nos fuimos a ver la cabalgata de San Antón, caballos, percherones, ponis, carrozas...
Estuvimos con mi madre que la pobre llevaba desde el día anterior llorando por el disgusto y le dije que no valía la pena estar así por una gente tan despiadada, que yo no me había enfadado con ella si no que estaba impotente e indignadísima con esta gentuza de Jazztel.
Y así es como quedó mi pastelito de Angry Birds después de tanto estrés una alegría para el cuerpo (después de mis pantalones y mi foulard nuevos, claro).
Las críticas del pastel han sido más que gratificantes. Me han dicho que me ponen un 10 pero alto porque estaba buenísimo y porque era precioso y que me iban a demandar por que no podían para de comer y engordar del pastelito.
La verdad es que las amiguitas de mi sobrinilla alucinaron cuando lo vieron y a Martina se le iluminó la cara, estaba super feliz con su pastelito. ¡Y yo más de ver su cara!
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