Uf, estoy agotada ya, y solo son las 14:45 h.
A las 9:30 h de la mañana me suena el móvil con la gratificante noticia de que los 4000 folletos ya están listos. Voy a la visita que conseguí en menos de 2 minutos y después iré a recogerlos y entregarlos al cliente. Por el camino tengo que hacer algunos recados: llenar el depósito, comprar leche de arroz en la herboristería, entregar un vinilo en un cliente y comprar un par de manzanas para desayunar y volver al despacho.
Para todo eso, he estado bastante rato. No encontraba la maldita tarjeta de la gasolinera para que me hicieran el descuento y me he tenido que hacer una nueva, para que me hicieran el descuento claro; cuando he ido a entregar el vinilo la chica no estaba y se lo he tenido que dejar en la panadería de delante, después de esperar un rato mas de los 5 minutos que rezaba en el cartel de la puerta. Una cola de la leche en la frutería para dos tristes manzanas. Si a todo eso le sumas el caos circulatorio que hay en Rubí puedes morirte.
Entrego los folletos y la clienta más contenta que unas pascuas.
Cuando por fin he llegado al despacho ya eran las 13:45 h y estoy realmente agotada.
Pero hoy es viernes y como cada viernes toca gospel y reunirme con mi familia gospeliana.
Esta tarde vendrán Albert y Cèlia a jugar a casa y mañana Julieta se va de fiesta pijama. Vaya planazo que tenemos.
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