Hoy, cuando he llegado al despacho después de una visita en Barcelona, me he puesto ha hacer llamadas para tratar de conseguir visitas.
Una de esas llamadas, son a las que llamo: llamadas de rigor. Que son esas llamadas que haces automáticamente y que siempre te salta el contestador automático de las persona a la que llamas y nunca dejas mensaje, para que no sepan quien eres y ya no te cojan el teléfono nunca más. Y las que estás segura que no te van a coger el teléfono.
Hoy he llamado a ese cliente potencial que llevo detrás de ellos más de un año. Y que me cuesta mucho que cojan el teléfono y cuando cogen el teléfono con la persona que quieres hablar ya no se encarga de ese tema. Y en esta empresa este último era la cuarta persona con la que hablaba ya. ¡Increíble!
Pues bien, andaba yo canturreando gospel, el "Speak to me Lord" (habla conmigo Señor) para ser más precisa, mientras marcaba el teléfono del cliente. Tardan en cogerlo. Y yo:
- Speak to me, speak to me, speak to me Lord, speak to me, speak to me, speak to me Loooooorrrrrdddd...
De repente, no me doy cuenta de que el sonido de la linea se corta y para cuando me cercioro ya el silencio se había prolongado unos cuantos segundos y digo tímidamente:
- ¿Sii? Hola
Y al otro lado de la línea:
- Si. Hola.
Yo - El Sr. X.
El Sr. X - Sí, soy yo...
Ups, el Señor me ha escuchado y ahora está hablando conmigo... y lo mejor de todo que está muy interesado. Me recibirá en Diciembre, porque tiene estas dos semanas mucho lío, pero me ha pedido que le envíe las presentaciones de la empresa y para el 2012 nos invitarán a participar en el contrato de dos años para llevar toda la impresión digital (señalética) de la empresa (Muy grande, enooooooorrrrrmmmmmeeeeee)
Thak you Universe
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