EMPEZANDO A EMPEZAR

Un poco de diversión, nunca viene mal

Ya ha pasado semana santa y ni nos hemos enterado. Para pasar las tardes hemos realizado actividades varias. Entre ellas, manualidades con foam, plastelina, pintura facial, hemos ido al Planeta Magic (zona de juegos infantil con inflables, piscinas de bolas etc...), nos hemos hecho socios del zoo, donde también fuimos a pasar el día el domingo...

La tarde del Planeta Magic estuvo muy bien. Jueves por la tarde, no habían casi niños. Perfecto. Berta disfrutó como una bellaca, lo que más le gustan son las camas elásticas y a Júlia una ballena con una boca gigante que la abre y la cierra y por la parte de atrás tiene un tobogán (por cierto altísimo). Fui con mi amiga del alma, que por motivos obvios no voy a dar el nombre en este blog y sus dos nenas. En estos momentos mi amiga del alma no está pasando un buen momento así es que lo mejor era ir allí a pasar la tarde con sus nenas y las mías y de paso divertirnos un poco. Al final saltamos en los inflables, nos subimos a la ballena, nos tiramos por el tobogán altísimo.

Yo no sé, estos niños no tienen miedo de nada. Yo me subí muy chulita a la ballena pero cuando me vi allí arriba, Julieta: "vaa mama tira't!". Como si fuera tan fácil. Aquello estaba altísimo y yo cagada de miedo y con un ataque de risa que me entró, no podía moverme estaba petrificada y cuando la ballena cerraba su inmensa bocaza la cosa se complicaba porque no había donde agarrarse, o te tirabas o te tirabas. Y yo: "Júlia, es que em fa por". "Mira jo mama, mira jo, mira jo". Y la mama mira a ella. ¡Qué listilla! - pensé. Al final pensé o me tiro ya o me voy a caer rodando. Total que después de tanto miedo voy a tirarme y sorpresa, tuve que tirarme empujándome yo porque por una cuestión básicamente de peso, a duras penas me deslizaba por el maldito tobogán. Pero me gustó, así que me subí una y otra vez, una y otra vez. Amortizamos la entrada de las niñas.

Después la Berta se puso a provocar a un señor que había sentado en un banco. Se metía por debajo del banco y pasaba por debajo y luego sacaba la cabeza, le sonreía y cuando el señor le decía algo se escondía debajo del banco de nuevo y así durante un buen rato. El señor tenía acento argentino y era un señor bastante agradable.

De repente estamos mi amiga y yo sentadas en el banco de al lado, el señor conversaba con su señora y el niño andaba arriba y abajo de la ballena diciendo tacos y revolucionándonos a las niñas:

- Mama ha dicho imbécil...

- Mama ha dicho idiota...

- No para de decir palabrotas...

Me mira mi amiga y me dice (haciendo gesto hacia la chica de al lado)

- Mira, es la Martina Klein.

- Uy pues sí - le digo yo - Fíjate, está hecha unos zorros.

Martina Klein: vistiendo bambas tipo converse blancas, tejanos muy desgastados y rotos, jersey verde militar con unas hombreras muy raras y con unas lentejuelas enormes, más que lentejuelas eran como tachuelas brillantes. No maquillaje y con una coleta bastante despeinada. Su bolso me encantaba por eso.

Por un momento me iluminé y le dije a mi amiga:

- Le hago una foto, la envío al Sálvame de Jorge Javier Vázquez y ala a hacer platós de televisión... Sálvame de luxe, Ana Rosa Quintana, La Noria, Gran Hermano (aunque no tenga nada que ver, me invento que se ha acostado con Arturo y ya está).

Nos moríamos de la risa. Luego pensé, pobrecilla tiene todo su derecho a la intimidad y su marido ha sido muy amable con la Bertita, y los de Sálvame son unas locas que lo sacan todo de contexto y podría ver perjudicada la imagen de esta pobre chica...

Hay que ver y luego la ves en la tele en el club del chiste (o algo así se llama este programa de ortera 3) y no parece ni ella, completamente irreconocible... también tienen derecho a estar feas, que es eso de siempre perfectas, siempre perfectas...

En fin, para quien no sepa quien es Martina Klein ahí dejo esta fotillo:

Y los peces de foam, mirar que chulos, con ojo móvil y todo: