martes, julio 19, 2011

Aquellos maravillosos años de mi infancia

Los casales de Júlia ya se han terminado y estas dos semanas de nuevo la estamos subiendo a casa de mi cuñada y la iaia.
Berta todavía en Cavall Fort. Y yo que me pensaba que acababa esta semana y todavía queda una semana más. Sale a las 15:15 h.
Yo trabajando, recluida en el despacho. No puedo salir a vender de momento. Política de empresa. Venta por teléfono. Cómo no es dificil vender saliendo a visitar... pues ahora por teléfono. En fin, que se le va a hacer. Pero me aburro. Se me cae el despacho encima. Yo necesito la calle. Salir de estas cuatro paredes que me oprimen.
Esta situación me aburre. Salgo a las 15:30 h con un hambre que me muero, con lo que, si voy a buscar a Júlia (tengo 20 minutos a casa de mi cuñada, más 25 minutos más hasta mi casa, más lo que me entretengo en recogerla, subir, bajar...) llego a mi casa a las tantas. A Berta la recoge Jordi y la lleva a casa de mi madre. Esto se traduce, en que me está cogiendo complejo de taxista. Pero esto va intrínseco al ser madre. Madre = taxista.
Ayer estuve más de dos horas sólo para recoger a dos niñas. Una en cada punta. 
Ayer estaba bastante aplatanada, me tomé la tensión y estaba a 9.2 y 5,7, bajita, bajita. Tuve que tomármela por lo menos 6 veces porque la máquina daba error. Estaba tan baja que casi ni detectaba las pulsaciones.
Yo necesito marcha en mi vida. O hacer alguna actividad con las niñas, pero es que haciendo de taxista el tiempo se esfuma.
Acabo de llamar a mi cuñada para que Júlia no se haga siesta (ayer se hizo una siesta de 3 horas). Si la puedo recoger en cuanto salga de trabajar, llegaremos más temprano a casa (ayer llegamos a las 20:00 h) y nos quedará la tarde para poder hacer alguna cosa. Aunque sea salir a dar una vuelta con la bici y el patinete al parque, a que me de el aire, porque estos días es como si me faltara: de casa al trabajo, del trabajo a recoger niñas y de recoger niñas a casa. Menudo plan.
El otro día entré a comprar grapas en una papelería y vi que tenía hilos de "escubidú" y compré 8, cuatro para cada una. Con los niñas estoy recuperando aquellos maravillosos años de mi infancia. Y el domingo me puse a hacerle una pulsera a Júlia y además le incorporé una piedra a la pulserita. Si puedo hoy iré a comprar más hilos para hacer más pulseras. La de Berta la está haciendo su padre, que estuvo más de una hora intentando recordar como se hacía. No dejó que se lo explicara y además el lo hacía redondo. Yo no recuerdo haberlas hecho redondas pero aprenderé rápido, estoy convencida. 
Navegando por la red, he visto que hay infinidad de maneras de utilizar el escubidu, así es que voy a dejar brotar la creatividad y haremos una colección de joyas. Cada vez estoy más contenta de haber tenido dos niñas, me dan mucho juego.
 

2 comentarios:

granotaipanema dijo...

que fueeeeerte el scoobydoo!! me encantaba!!!!!
pero yo sólo me acuerdo como se hace el de 4!! jajajaja!

maria josé dijo...

Y yo también, pero a ver si me aplico y si me salgo posteo un tutorial, ajajajajajaja, me divertí muchísmo haciéndole la pulsera... he visto que se puede utilizar de muchas maneras, a ver si creamos una colección... es como volver a ser niña otra vez!
besitos

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