Ya han llegado los Reyes Magos a Sant Cugat. Los hemos ido a ver esta tarde. La cabalgata ha sido muy chula. Más o menos en la línea de cada año. Muchas entidades del pueblo, se suman cada año a la cabalgata de Reyes y participan con su carroza engalanadas para la ocasión.
La primera vez que la hemos visto, iba yo sola con las dos nenas y ha sido en el Mercado Pere San; nos hemos instalado en la entrada de una papelería y ahí la hemos visto pasar.
Júlia estaba estupefacta y concentradísima, viendo como pasaban las carrozas, las bandas de música y Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente.
Hemos recogido muchísimos caramelos que íbamos poniendo en una bolsa que llevaba colgada del carrito. A Berta me la he subido en los hombros, ya que sentada en el carrito, solo veía ruedas de los tractores, camiones y coches y culos de la gente que pasaba. Así que desde mis hombros la perspectiva mejoraba bastante.
Más tarde nos hemos reunido con mi madre que ha llegado estresada perdida hasta donde estábamos. Salió más tarde de casa porque estaba agobiada y cansada por lo que había corrido esta mañana. Y seguía igual. Al subir por una de las calles, se ha encontrado un tapón de gente que no la dejaba pasar porque los Reyes pasaban y ha tenido que meterse por callejuelas hasta llegar donde estábamos nosotras. Llegó cuando ya habían pasado los Reyes, claro.
Después nos hemos ido a ver si localizábamos a mi hermano, mi cuñada y mis sobrinos y estaban en la otra punta del pueblo. Hasta que hemos llegado, nos ha llevado un rato, ya que al paso que va mi madre nos ha costado. Yo estaba estresándome porque cada vez oía los tambores de la cabalgata más cerca y los camiones ya se divisaban y no llegábamos al punto de donde está mi hermano y Jordi, que estaba llegando también teníamos que localizarlo.
Al fin nos reunimos todos y llega la unidad móbil de cugat.cat que era la que abría la cabalgata.
Mis sobrinos y Júlia y Berta, han entregado la carta a los Reyes directamente en la carroza, mientras pasaba.
Berta iba con su carta en la mano y mi cuñada de broma le tiraba de la carta y no había manera que la soltara. Cuando finalmente ha pasado el Rey y las hemos levantado para que le dieran la carta, Berta no las tenía todas y el paje de un tirón le ha arrancado, literalmente, la carta de las manos. Y Júlia encantada y felicísima por entregarle la carta. Han escogido las dos al Rey Blanco, Melcior, igual que mi sobrina, y mi sobrino se la ha entregado a Gaspar. Después nos hemos hecho la foto de rigor de cada año, que es el testigo de cada año de nuestro paso por la cabalgata sancugatenca. Este años salimos todos en la foto, porque un señor se ofreció a hacernósla, cada año falta uno u otro, que es el que hace la foto.
Hemos dado un paseo y ya nos hemos ido para casa, que ya era muy tarde, eran como las 20:45 h más o menos y hay que hacer los bañetes, cenar y preparar todo para que los Reyes Magos lo tengan todo a punto.
Júlia ha salido del baño a la primera, se ha vestido sola y rápido y ha cenado y se lo ha comido todo, todo y todo. Y Berta lo mismo. Se han lavado los dientes sin protestar y nos hemos puesto a preparar la llegada de los Reyes.
Los preparativos eran los siguientes:
Poner tres vasos de leche y polvorones en un plato para los Reyes, una palangana de agua para los camellos y que limpiaran los zapatos para que les dejen chuches en los zapatos.
La primera misión que tenían era limpiar los zapatos. Júlia se ha cogido las botas, ya que le ha dicho su prima Míriam que pusiera las botas porque son más grandes y caben más chuches (es que ella ya tiene ocho años y sabe más de estas cosas). Ha empezado limpiando la suela y el resto de la bota no lo ha limpiado. Luego nos hemos pasado bastante rato buscando un zapato de Berta, que no hay manera de encontrarlos nunca porque se los saca donde le viene en gana.
Después ha ido al armario de las chuches y las porquerías y han cogido la bolsa de los polvorones y mientras yo entraba y salía Júlia estaba con un cabreo impresionante.
Salgo al salón y me la encuentro potestando y diciendo que no podía hacerlo. Que no sabía como hacerlo. Y es que estaba metiendo los polvorones dentro de la bota. Me entra un ataque de risa que no puedo con él y le explico que los polvorones hay que dejárselos en un plato a los Reyes.
Hemos cogido el plato y le han puesto los polvorones: un polvorón blanco para el Rey blanco, un polvorón con el emboltorio amarillo para el Rey rubio y un polvorón de chocolate para el Rey negro. Ni hecho a propósito. Hemos cogido los vasos para ponerles la leche. Los ha llenado en la misma proporción los tres y hemos puesto el agua a los camellos.
Hemos ido a dormir que ya era muy tarde y los Reyes están por venir. Hoy se han dormido muy rápido afortunadamente.
1 comentario:
seguro que ha sido una noche y un despertar mmuuuuyyy mágico en tu casa!!! q ilu!!!
besitos ! y espero q los reyes se hayan portado muy pero que muy bien! ;)
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