lunes, abril 18, 2011

Lunes 18 de Abril de 2011

Hoy primer día de vacaciones de las nenas. Las he subido a casa de mi cuñada. Hemos subido las bicis para que mi cuñado Pablo, que tiene una paciencia de santo, le enseñe a ir en bici sin las ruedas pequeñas a Júlia. Primero le ha quitado una pero se la ha vuelto a poner porque estaba pendiente de Berta, que también iba en bici empujada por mi cuñado y ella le iba diciendo "venga Pablo, venga Pablo", tendrá morro la niña. Total que al final han desistido y mañana seguirá instruyéndola en ir en bici sin las ruedas pequeñas.
Hoy tenía dos visitas en Barcelona. Una en Paseo de Gracia, justo en el Boulevard Rosa y la otra bastante cerca, en la calle Diputación. Dejé el coche aparcado en la puerta del Boulevard, ya que tuve la suerte de aparcar en toda la puerta y bajé andando Paseo de Gracia abajo, con el solete y el gentío que visita Barcelona esta semana santa.
Me encanta el Paseo de Gracia. Las tiendas, los escaparates, los edificios, los diferentes olores que salen de cualquier establecimiento (generalmente las fragancias ambientadoras que ponen), todo... pero el sonido a ciudad, bullicio y coches por un momento desaparecen. Voy enmiscuida en mis asuntos y perdida en mis pensamientos, admirando y disfrutando del paisaje.
Realizadas las visitas, llego a mi coche y veo como dos polis de paisano van controlando y vigilando la ciudad. Le dicen algo a una señora que estaba pidiendo y esta se levantó rápido y se marchó a otro sitio. Me he sentido segura pero con esa rara sensación de estar siendo observada. Contemplo la vida que hay en la ciudad pero con la música de mi coche. Como cambia la secuencia del ir y venir de la gente con música o sin música. Parecía que estuviera viendo una película y la verdad es que, con música, gana cien por cien.
De semáforo en rojo a semáforo en rojo, me dedico a observar a la gente que anda perdida en sus pensamientos e imagino a cada persona con una vida a sus espaldas. ¡Cuántas vidas! Empiezo a imaginar las vidas de las personas y es divertido. Analizas el aspecto, cómo visten, cómo andan, cómo corren, cómo hablan... es interesante y entretenido.
Cerca de la una y cuarto, he llegado al despacho y a ponerme al día, enviar presupuestos, actualizar la base de datos, con las visitas realizadas... rutina.
Menos mal que el Paseo de Gracia, me ha dado mi dosis de Barcelona que necesito de vez en cuando. Aunque si por mi fuera, fuese cada día. Me encanta Barcelona.
Después de trabajar, he ido a casa he comido y me he ido a buscar a las nenas a casa de mi cuñada.
Cuando he llegado con el coche, iban cera arriba, cera abajo con las bicis y una cara de felicidad indescriptible. Se lo pasan en grande con su tío Pablo. Es grande, grande Pablo, ¡cuanto amor les da!
Y ellas lo quieren con locura, igual que a su tata Rosana.
Berta hoy no ha tenido fiebre, pero tiene una tos de perro pulgoso descomunal, moquetes para parar un camión y con este viento tan fresco que hace, creo que no le ayuda nada, nada.
Cuando hemos llegado a casa de la iaia Paquita, que vive encima de Pablo y Rosana, me pregunta Júlia que qué íbamos a hacer hoy. He pensado y les he propuesto hacer mikados, como sugería Lucía en Baballa en su sección Sweet Friday y me han dicho que sí con una sonrisa de oreja a oreja. 
Pero teníamos que ir a comprar los palitos y en el super nuevo que han puesto al lado de casa solo tenían palitos pero de los gordos, así es que hemos hecho unos mikados macro gigantes.
A Júlia se le ha ocurrido hacer mikados de chocolate con pistachos (la tía entiende de gustos) y me ha parecido una idea genial. Así es que hemos empezado a pelar pistachos y Berta todo el rato se los comía. Cuando ya tenía el chocolate fundido y lo he metido en un recipiente alargado para que cubriese el máximo posible de chocolate al palito, hemos empezado a decorarlos con fideos de colores, de chocolate. Saco una cuchara para que Júlia vaya recogiendo los fideos que han caído en el plato y los vuelva a utilizar para echar en el mikado y Berta me arrebata la cuchara a tirones para poder coger todos los fideos y zampárselos. Luego se me ha ocurrido sacar lacasitos para decorar los macro mikados y Berta ha empezado a decorar un mikado, pero por cada lacasitos que ponía se comía tres. Se ha puesto morada, ha acabado de chocolate hasta las orejas. 
Se lo han pasado pipa, yo me he estresado un poco con Berta, y entonces es cuando te viene esa frase machacona a la cabeza que te va martilleando: "¿Quién me mandaría a mi meterme en estos follones?" Con lo bien que estarían jugando o viendo la tele. Pero al final, con el buen rato que hemos pasado y lo felices que estaban vale la pena pasar un ratillo de nervios con el bicho de Berta subiéndose todo el rato a la mesa para poder pescar los fideos de colores, los de "ocate" (chocolate), los conguitos o los lacasitos... en fin, os dejo la receta de mi chocolate para mikados y las fotos para que veáis como han quedado. Por cierto, están de escándalo. Gracias Lucía por estas ideas tan chulas que nos das para que las utilicemos en nuestro día a día. Por cierto, también hicimos el collar de bolas de chicles y Júlia se lo pasó pipa. Y lo contenta que está con su collar de bolas de chicle.
Receta Mikados macro gigantes:
* 1 tableta de chocolate de postres Nestle
* Canela
* Leche de arroz (o leche que toméis: normal o de soja (yo de arroz))
* Palitos de pan
* Toppings (fideos de colores, de chocolate, lacasitos, frutos secos... lo que se os ocurra para decorar)
Manos a la obra:
Deshacer la tableta de chocolate al baño maría, añadir la canela molida (ser generosos), añadir la leche (a ojo, ni mucha ni poca, más bien tirano a poca, es para que una vez frío el chocolate no se quede como una piedra que se os rompan los dientes). Cuando el chocolate tenga una textura uniforme y cremosa verterlo en un recipiente estrecho y alto y a mojar los palitos.
Los vamos poniendo en un plato, que habremos untado con aceite de oliva, es para que cuando se seque el chocolate no se quede pegado al plato y se rompa el palito. Mientras vamos mojando los palitos en el chocolate y tenemos un plato lleno de palitos, lo metemos en la nevera un momento para que se enfríe un poco el chocolate y poder poner mejor los toppings, porque si no se cae todo el chocolate. Y una vez decorados, pues a esperar que se ponga un poco duro el chocolate y listos para comer. Si se decoran con lacasitos o conguitos, va bien, porque se quedan pegados al chocholate que lleva el palito. 
En fin, las fotos:








Las fotos no son muy artísticas, porque nos hemos puesto a hacer los macro mikados a las 19:00 h y ya se ha hecho tarde para los bañetes y la cena...y que yo soy una mala fotógrafa (a ver si ahora le voy a echar la culpa al tiempo...)
El collar de chicles:
Si alguien está interesado en saber como lo hice, que me deje un comentario en este post.

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