Pues hoy la idea era ver el Libro de la Selva con palomitas. Bien. Llegamos del cole y me pongo a hacer las palomitas, pero a la antigua usanza; y yo acostumbrada a las palomitas de microondas, no sabía bien bien como iba a reaccionar el maiz en la sartén.
Enciendo la vitro, pongo la sartén, echo un poco de aceite, el maiz y las tapo con la tapa tortillera (tapa de girar tortillas). No la he puesto muy bien y cuando han empezado a saltar las palomitas han salido disparadas por toda la cocina y la Berta a mis pies entre el horno y mis piernas; palomita que caía al suelo, palomita que se comía... al final han quedado estupendas.
Las siento en el sofá, Júlia con bol de cerámica i Berta con su platito de plástico y les pongo la peli.
A los cinco minutos me llama el técnico de la tele que viene a arreglarla. Y se acabó la peli. A la media hora de estar el técnico se presenta el pintor que viene a arreglar una pared a causa de un reventón de agua de la vecina del tercero (del bloque de al lado).
El móvil no para de sonarme... no puedo atender a tanta gente: el de la tele, el pintor, las niñas y el móbil. Pero me lo tomo con mucha calma y en un momento de despiste y después de decirle muchas veces a la Júlia: "Ves en compte amb el bol que no caigui" escucho un golpe seco de cerámica en el suelo. Me asomo y alcanzo a ver en el suelo del salón mil trozos de cerámica del bol siniestrado y todas las palomitas desparramadas por el suelo. Mientras hablo con Júlia (inauditamente sin regañarla, ni gritarle):
M J - Que ha pasat Júlia? Has tingut un accident?
J - Si.
M J - No pasa res carinyo. M'ajudes a recollir?
J - No.
M J - No m'ajudes a recollir?
J - No
Y en mitad de la conversación escucho un ruido extraño en la cocina, me asomo me encuentro a Berta que ha cogido el salero que estaba en el centro de la mesa (no llegaba, lo prometo que no llegaba a cogerlo donde estaba y no sé como narices lo ha hecho). Se le ha derramado un poco de sal pero casi estaba intacto. Y me la encuentro con el salero en la silla y ella comiéndose la sal con la cuchara, los morros llenos de sal, las manos llenas de sal, las lentejuelas de la camiseta llenas de sal y el suelo lleno de sal...
Pues nada, yo calma. Le digo:
M J - Berta que fas?!
Y Berta me mira con una sonrisa picara pero con cara un poco de asco por la sal que ha engullido.
M J - Mira, hi ha sal per tot arreu.
Le sacudo toda la sal y ella misma me da sus manitas para que le sacuda la sal también. Le doy agua para que la digiera un poco mejor y la saco de la cocina y se van a jugar a la habitación. Me voy a buscar el aspirador y me pongo a pasar el aspirador por toda la casa, porque entre palomitas, cerámica y sal ha quedado hecha un cristo en cuestión de un minuto. Y con el ruido del aspirador, han venido a echarme una mano, la primera Berta y luego se le ha sumado Júlia.
El técnio ya ha acabado de arreglar la tele, me dice que si se puede lavar las manos y lo acompaño al baño.
El pintor me dice que la pintura del pasillo es amarillo canario, cuando en realidad es ocre. Sólo me ha dado la razón cuando le he sacado el pantonero. Alucinado me dice:
PINTOR - ¿Tienes un pantonero?
M J - Pues sí, tengo un pantonero. Es que soy diseñadora y trabajo mucho con los colores y este es ocre. Pinté cada estancia de la casa según el Feng Shui.
Al cabo de un rato de comparar los colores del pantone con los de la pared:
PINTOR: - Pues tienes razón, esto no es amarillo canario es ocre.
M J - Si ya te lo decía yo.
Le enseño la chapucilla de color que me hicieron en otra reparación de la pared de la habitacón y le digo que quiero pintarlo magenta y me dice:
PINTOR - ¿Y ese qué color es?
M J - Pues magenta, ese. - Y señalo la lampara de Agatha Ruiz de la Prada de la pared.
PINTOR - No lo veo bien.
MJ - Mira es este, ¡sí es básico? - le digo enseñándole el pantonero - Amarillo, cyan, magenta son los colores básicos.
¿Y este es pintor? Me ha dicho que compre el bote de magenta y el próximo día que venga a arreglarme el trozo de pared inundada me pintará el trozo de mi habitación , sin cobrarme!
Al final se va y quedamos el lunes para que me tire la pared abajo.
Entramos a hacer el bañete y cuando abro la puerta del baño ¿qué me encuentro? La caja de los bastoncillos en el suelo y todos los bastoncillos tirados por el suelo, además, encima de una montaña de polvos talco...
Los bastoncillos ha sido obra del técnico de la tele, ya que estaban en una estantería inalcanzable para Júlia y para Berta (ni con silla llegaban), estaban un poco al borde de la estantería y el señor como era muy corpulento seguramente ni se ha enterado que los ha tirado (eso quiero pensar: que no se ha dado cuenta). Recógelos y tira la mitad a la basura porque estaban llenos de polvos talco.
He conseguido meter a la Júlia en el baño sin rechistar con la excusa de que tenía que ayudarme a bañar a Berta y entonces hemos hecho un tren de baño. Yo baño a Júlia y Júlia baña a Berta. Nos hemos reido mucho en la bañera hoy.
1 comentario:
Me encanta tu blog ademas todas las historias que pones que vida mas movida que llevas nos vemos mañana un besito.
Alicia.
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