Esta tarde tenía una merienda con mi cuñada, para celebrar su 50 aniversario y que está recuperada completamente de un cáncer y eran dos horas de 18 a 20 horas, y loquita por llegar a casa y ponerme a hacer mis cosillas al ordenador, suena el móvil de mi marido y son unos amigos que vienen a cenar. Y llaman a las 21 horas de la noche, son las 22:00 y todavía no han venido. Y yo que no tengo hambre, porque nos hemos metido una merienda de aupa!... en fin, todo sea por seguir la comunicación, hace un siglo que no los vemos a ver como van.
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